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Periodismo Cara a Cara

Venezuela, votar en autocracia

Las autocracias no respetan las reglas democráticas; Venezuela tuvo una de sus noches más largas tras unas elecciones decisivas. El mundo estuvo en vela, mientras el chavismo guardaba silencio.

Siguen las protestas en Venezuela

Por Sebastián Godínez Rivera 

Venezuela celebró las elecciones más importantes en 25 años el domingo 28 de julio. La oposición de la Mesa de Unidad Democrática (MUD) encabezada por Edmundo González y la ex candidata Maria Corina Machado quienes enfrentaron al gobernante Gran Polo Patriótico encabezado por Nicolás Maduro Moros.

El órgano electoral, el Consejo Nacional Electoral (CNE) mantuvo el silencio desde que cerraron las mesas de recepción; no obstante, el diputado Diosdado Cabello llamó al chavismo a las calles para defender los votos de la derecha. Por otro lado, Vladimir Padrino Ministro de la Defensa destacó que los comicios se llevaron a cabo en paz, y horas antes que el CNE declaró que “se votó por la paz y para condenar las sanciones del imperialismo norteamericano”.

Cuando los comicios se llevan a cabo en regímenes autoritarios, las elecciones no cumplen con los estándares internacionales, no brindan certeza sobre el conteo de votos y la violencia llega a ser una constante. La oposición denunció que el CNE detuvo el flujo de los votos y esto hizo que los resultados no pudieran ser computados en tiempo y forma, esto provocó que la presión subiera en Caracas.

Por otro lado, algunos ex presidentes como Evo Morales de Bolivia y el ecuatoriano Rafael Corra festejaron el triunfo de Nicolás Maduro. Cabe destacar que estos personajes no contaban con datos o información para afirmar tal hecho. Aquí nuevamente, aparece el debate sobre la desinformación y las redes sociales las cuales se han convertido en una nueva amenaza para las democracias.

Un órgano parcial

El CNE está integrado por cinco rectores de los cuales tres provienen de las filas del chavismo, mientras que los dos restantes son independientes del gobierno. La necesidad de una autoridad electoral imparcial garantiza un proceso limpio y con la certeza de que los votos de la ciudadanía se contaron bien. En los regímenes autoritarios, los árbitros son colonizados por personajes militantes con el objetivo de garantizar una lealtad al ejecutivo.

La Junta Nacional Electoral (JNE), órgano subordinado al CNE, es el encargado de dirigir y coordinar todas las actividades de los comicios; se integra por el presidente del Consejo Nacional Electoral, un rector y un representante legislativo. La oposición cuestionó que la JNE les impidió recibir información sobre las actas que se iban contabilizando. Aquí reside el principal problema de los comicios, quien organiza y cuenta los votos le responde al gobierno en turno.

Asimismo, internautas venezolanos compartieron videos en los que la Policía Nacional Bolivariana les impedía el acceso a los centros de votación, en otros punto se confrontó con la ciudadanía y que la intimidación fue constante en la jornada. Ante estos hechos el CNE no realizó un pronunciamiento y tampoco condenó las irregularidades; cuando esto se permite entonces las elecciones pierden su capacidad de ser canales para dirimir conflictos a través de las urnas y sobre todo, por la vía pacífica.

La observación electoral es parte fundamental de los procesos democráticos y que fortalecen la certeza en la forma en la que se realizan las elecciones. Sin embargo, el gobierno chavista desde un inicio retiró la invitación a la Unión Europea (UE) porque apoyó algunas sanciones contra Venezuela. La decisión fue polémica debido a que la oposición y la comunidad internacional señalaron que el oficialismo no planeaba celebrar una elección limpia. Al contrario, varios países se preocuparon por las declaraciones de Maduro al llamar a un baño de sangre.

El hermetismo se impuso contra los expresidentes latinoamericanos que integran Iniciativa Idea, quienes viajaban a Venezuela para observar los comicios. De última hora, el mandatario panameño Raúl Mulino avisó que Caracas prohibió aterrizar a un avión en el cual viajaban Vicente Fox de México; Mireya Moscoso de Panamá; Laura Chinchilla de Costa Rica; y Jorge Quiroga de Bolivia. El chavismo los acusó de golpistas e intervencionistas porque supuestamente iban a apoyar a la oposición.

Ante estos hechos, la comunidad internacional cuestionó la falta de transparencia y entonces comenzó a vislumbrarse un escenario de incertidumbre como el que vivió el país tras el fin de la votación. Cualquier país que se dice democrático recibe a las delegaciones de observación, puesto que esto brinda confianza de que las elecciones se hacen bien.

Asimismo, las delegaciones extranjeras no intervienen en la política interna, sino que como su nombre lo dice solo observan. Estas personas cuentan con protocolos para desempeñar sus labores. No pueden intervenir, asociarse con candidatos y además entregan un informe sobre lo que notaron a lo largo del proceso. Su papel no es de intervención sino de análisis.

Autocracia e imperialismo

En las autocracias las reglas electorales no tienden a ser respetadas debido a su naturaleza, es decir, el caudillo o el líder moldean las instituciones a su imagen y semejanza. Mientras la oposición denunciaba una serie de irregularidades, el vicepresidente del Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello declaró ante cientos de personas que solo están esperando los resultados del CNE, pero ya ganaron.

Una declaración lamentable, pero que caracteriza de cuerpo completo al régimen, quienes asumen que han ganado de forma contundente, pero el anuncio solo es un trámite. Los autócratas no respetan la institucionalidad, sino que incluso pareciera que de las declaraciones oficiales se dictan desde el Poder Ejecutivo para que las instituciones actúen. Maduro se mantuvo en silencio al igual que el CNE lo cual aumentó la tensión.

Seguido de esto, se publicó un comunicado en el cual el gobierno bolivariano acusó a personajes de Guatemala, Costa Rica, Ecuador, Panamá, Perú, Uruguay, Argentina y República Dominicana de desestabilizar el país. El oficialismo les acusó de romper con la paz social en aras de romper con los equilibrios porque Venezuela es un país libre y democrático. Este comunicado puede interpretarse desde diversas aristas, sin embargo, la lectura más pertinente fue la de activar la retórica anti yankee y antiimperialista que ha caracterizado a este régimen.

El chavismo surge como una vertiente de una revolución nacionalista que desafía a los Estados Unidos porque lo consideran un enemigo natural de América Latina. Desde que vivía Hugo Chávez, Venezuela ha señalado a este país de intervenir junto con sus aliados para desestabilizar a la nación; si bien, durante la primera década del siglo XXI el mensaje permeaba en amplios sectores sociales, la noche de las elecciones pasó desapercibido porque fue interpretado como un intento para desviar la atención y  extender la noche.

La larga noche venezolana

Tras 6 horas de retraso para dar los resultados, con una página caída y la incertidumbre a las 12:15 del 29 de julio el presidente del Consejo Nacional Electoral, Elvis Amoroso, salió a dar los resultados. Con el 80% de las mesas contabilizadas y con una tendencia irreversible, Nicolás Maduro obtuvo 5 millones 150 mil 092 votos (51%); Edmundo González Urrutia logró 4 millones 445 mil 978 votos (44.2%); y el resto de los candidatos en su conjunto logró 462 mil 704 sufragios (4.6%).

En su discurso de la victoria Maduro se dedicó a atacar a sus opositores los tildó de tibios, traidores y yankees; sobre todo porque su triunfo electoral estuvo marcado por que el 28 de julio que era natalicio de Hugo Chávez. El autoproclamado hijo pródigo del Comandante defendió la actuación del CNE, al cual calificó de ser un poder confiable y herencia de Bolívar. Afirmó que sus enemigos internacionales impulsaron un hackeo al sistema electoral porque pretendían consolidar un fraude.

Agregó que a pesar de todas las intervenciones no lograron derrotarlo, aunado a que acusó de una guerra psicológica y electrónica en su contra. Los populistas y los líderes autoritarios se jactan de sus victorias sin cambiar su retórica polarizadora; a diferencia de otros gobernantes llama a continuar con la revolución y el chavismo. Ahora, enarbola una bandera contra la derecha y contra las élites que quieren someter a la soberanía.

El discurso bélico es el motor del autoritarismo y el populismo, ya que necesita tener un enemigo constante para sostenerse en el poder. El reelecto presidente venezolano  aprovechó para atacar al mandatario argentino, Javier Milei a quien tildó de fascista y estúpido. Maduro fiel a su populismo habló de la continuidad de la revolución y la necesidad de continuar con el socialismo bolivariano.

En conclusión, los comicios del domingo mantendrán a Nicolás Maduro por otro periodo del poder. Podrá haber ganado con el 51% , pero la parcialidad del CNE, la violencia, las irregularidades electrónicas y en los centros de votación hacen cuestionable su triunfo. El socialismo del siglo XXI y el chavismo habitarán el Palacio de Miraflores, en medio de una democracia erosionada, instituciones cooptadas y una economía devastada por la crisis y la inflación. No obstante, Maduro anunció el plan de las siete transformaciones (7T). ¿A qué se refiere? será motivo de otro texto.

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