* Agustín Vargas Medina
Luego de la jornada electoral del pasado dos de junio, prácticamente concluyó el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, el cual se caracterizó por muchas promesas incumplidas, varias de ellas con un costo significativo para los hogares.
El fracaso en la lucha contra la corrupción, la inseguridad y la violencia, aun cuando las autoridades lo minimicen, continúa representando un pendiente muy importante. De acuerdo con Índice de Paz México 2024, el impacto económico estimado de la violencia en México durante 2023 fue de 4.9 billones de pesos, lo que representó el 19.8% del Producto Interno Bruto (PIB).
La promesa de crecer al 6% anual se vino abajo con el impacto de la pandemia. Sin embargo, su recuperación posterior, además de ser muy lenta en comparación con muchos países, también fue menos dinámica, sobre todo en los últimos años del sexenio cuando muestra una clara tendencia a la baja para acercarse a niveles del 2.0%. Evidentemente esto atenta contra la prosperidad y el bienestar de la población en general.
Se podría decir que, entre otros objetivos incumplidos, el más relevante por su incidencia en el bienestar de las familias, especialmente de menores ingresos, es la mejora del sector salud.
El desmantelamiento del seguro popular significó que en 2020 casi 16 millones de personas perdieran su acceso a servicios de salud, cifra que prácticamente se duplicó para 2022 como resultado de la evidente ineficiencia del INSABI.
Cifras más recientes publicadas en la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID) 2023, confirman el deterioro del sector salud en lo que va del sexenio. Sus resultados muestran que entre 2018 y 2023 fueron 22.7 millones de personas las que perdieron su afiliación a alguna institución de salud y 15.7 millones dejaron de asistir a las instituciones del sistema público, como hospitales generales e institutos del gobierno federal.
Es obvio decir que esto propició que los hogares tuviesen que sustituir el servicio público por el privado. La ENADID indica que la demanda de servicios médicos en farmacias privadas aumentó en 9 millones de personas y la atención en clínicas y hospitales privados creció en 9.8 millones. Los datos disponibles de la Encuesta de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), por su parte, señalan que entre 2018 y 2022 el gasto de los hogares en salud aumentó 30.9%.
Con el objetivo de reestablecer y mejorar los servicios de salud, en 2021 el presidente Andrés Manuel López Obrador expresó su deseo de tener un sistema de salud semejante al de Dinamarca, que es uno de los más eficientes a nivel mundial. Para alcanzarlo, estableció la fecha de marzo del 2024; sin embargo, el objetivo no se cumplió y aún nos mantenemos muy alejados de cualquier parecido con el sistema de salud danés.
El gobierno que encabezará la doctora Claudia Sheinbaum a partir de primero de octubre próximo tendrá que instrumentar el fortalecimiento del sector salud como uno de los factores fundamentales para mejorar el bienestar de los hogares, incluso para incidir positivamente en los niveles de pobreza.
Hacer más eficiente el uso de recursos públicos destinados a la salud debe ser una prioridad en el presupuesto de egresos del sector público; es un elemento esencial para mejorar el bienestar de los hogares, así como los niveles de productividad y competitividad del país.
La población no debe seguir enfrentando problemas de acceso a los servicios de salud y la falta de medicamentos y tratamientos para enfermedades graves.
El mayor déficit en cuatro sexenios
En los primeros cuatro meses de 2024, el Gobierno de México elevó el gasto programable total del sector público en 24.2% anual, para situarlo en 2 billones 166 mil 794.6 millones de pesos, lo que contribuyó a un aumento casi al triple del déficit fiscal.
En su informe de Finanzas Públicas y Deuda Pública, la Secretaría de Hacienda precisó que el déficit fiscal pasó de 215 mil 49.1 millones de pesos en los primeros cuatro meses de 2023 a 596 mil 894.4 millones de pesos en este año.
Diversos pronósticos de analistas advierten que el déficit fiscal en México repuntará este 2024 a niveles que no se observaban en décadas, además de que consideran que difícilmente se logrará una consolidación en las finanzas el próximo año sin una reforma fiscal.
De hecho, el propio Fondo Monetario Internacional (FMI) advierte que gobierno mexicano registrará en 2024 el mayor déficit fiscal para un año electoral en un registro de al menos cuatro sexenios.
En este último año del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, la administración incurrirá en un déficit de 5.9% del Producto Interno Bruto (PIB) que será el más alto registrado al menos desde el año 2000.
El precedente más cercano de un déficit superior a 4% del PIB, lo tenía Enrique Peña Nieto, que en 2014 incurrió en un déficit de 4.54% del PIB.
Pese a haberse mantenido como uno de los gobiernos más prudentes en el manejo de las cuentas fiscales durante la emergencia sanitaria y en la post pandemia, el presidente López Obrador, terminará su gestión con el déficit fiscal más alto de cuatro sexenios.
Agustín Vargas Medina es periodista egresado de la FCPyS de la UNAM, abogado, director de la revista Hábitat y colaborador de RCAAANoticias.com
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Reportero/editor con más de 35 años de experiencia
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