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LIBRO: Programas Sociales para Población Migrante en la Ciudad de México:
Identificación de Buenas Prácticas y Recomendaciones en Materia Laboral.
EDITORIAL: Secretaría de Trabajo y Fomento al Empleo (STyFE).
De acuerdo con su Presentación, esta obra es diagnóstico y medición del impacto de los programas sociales que contemplan a la población migrante.
Elaborada por la Organización Internacional del Trabajo y el Instituto de Estudios y Divulgación sobre Migración AC, permite conocer -mediante la visión de personas beneficiadas y otras que han tenido dificultad para acceder a los programas- las fortalezas y debilidades de la atención a los migrantes.
Se trata de una guía para mejorar, continuar y ampliar el acceso al trabajo digno en la Ciudad de México, donde se incluya a la población migrante que enfrenta circunstancias adversas.
A continuación, les damos a conocer el Prefacio escrito por la Directora de Oficina de País de la Organización Internacional del Trabajo para México y Cuba, Geraldina González Marroquín:
“La historia de la humanidad está marcada por movimientos migratorios. El ser humano migra para huir de la guerra, de la violencia, de la pobreza o de la opresión; migra en búsqueda de libertad, de mejores condiciones de vida y de trabajo decente
Surge entonces y claramente, la migración laboral que es un tema central del mundo del trabajo de hoy que plantea importantes desafíos en el plano de las políticas públicas, y que por tanto merece toda nuestra atención.
Desde su creación en 1919, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha señalado la importancia de proteger a las y los trabajadores ocupados fuera de su país de origen, los trabajadores migrantes, ya que éstos suelen ser de los más vulnerables. Igualmente, con su mandato para la promoción del trabajo decente y su competencia en la elaboración de normas internacionales del trabajo, la OIT ha adoptado instrumentos que abordan directamente la situación de las personas trabajadoras migrantes incluyendo normas internacionales del trabajo como los Convenios 9711 y 14322 y las Recomendaciones 863 y 15144, e instrumentos no vinculantes como el Marco multilateral de la OIT para las migraciones laborales de 2006.
Asimismo, y en reconocimiento de que más del 65 por ciento de todas las personas migrantes en el mundo son trabajadores que han salido de su país de origen en busca de un trabajo decente y mejores oportunidades económicas, y que contribuyen al desarrollo sostenible de los países, la OIT inscribió en el año 2014 la agenda para la migración equitativa6, y en 2017 la Conferencia Internacional del Trabajo (CIT) desarrolló una discusión general sobre migración laboral.
Dicha agenda y las conclusiones de la CIT de 2017 informan el trabajo de la OIT, dirigiendo las acciones de la Organización a garantizar que los beneficios y prosperidad generada por la migración y la movilidad, lleguen directamente a quienes la generan, es decir a las personas migrantes, así como a los países tanto de origen como de destino.
Con esta agenda de trabajo aunada a su mandato en cuestiones laborales y su larga experiencia en la promoción del trabajo decente y la justicia social, la OIT se ha dado a la tarea de brindar apoyo en la identificación, promoción e implementación de buenas prácticas para que éstas sean a su vez difundidas por medio de marcos de cooperación.
México se integró como país miembro de la OIT en 1931 y la OIT abrió una Oficina con sede en México en el año 1955 para ofrecer al país, cooperación y apoyo técnico en diversos campos, destacándose entre ellos el ámbito de la migración laboral.
México ha sido y es, un país de tránsito, de emisión, de destino y de retorno de migración laboral. El 5 de febrero de 2017 se promulgó la Constitución Política de la Ciudad de México.
En este documento, la Ciudad de México se proclamó como ciudad solidaria consolidando así las bases de una reconfiguración en torno a las dinámicas de movilidad en América Latina y dando un nuevo impulso al diseño y generación de políticas públicas integrales que contemplan a las poblaciones de personas migrantes, incluyendo migraciones internas y migración de retorno, personas refugiadas y solicitantes de asilo.
Las ciudades solidarias son una respuesta a las necesidades de las personas migrantes, y por lo mismo las políticas públicas derivadas deben promover y defender la diversidad cultural, religiosa, lingüística, sexual, étnica y racial.
De la misma manera, y dando respuesta a la expansión y creciente complejidad de las migraciones laborales, dichas políticas deben centrarse en garantizar los derechos humanos laborales de todas las personas trabajadoras migrantes. Tal es el caso de los programas implementados por diversas instancias gubernamentales de la Ciudad de México de los cuales, con motivo de esta publicación, cabe destacar los que han sido ejecutados por la Secretaría del Trabajo y Fomento al Empleo (STyFE).
El presente estudio ha tenido el objetivo de recuperar las buenas prácticas existentes en la Ciudad de México en materia de hospitalidad y promoción de la inclusión laboral de personas migrantes y refugiadas, que ha liderado la STyFE.
En la OIT consideramos que este trabajo que se ha venido desarrollando la Ciudad de México es inspirador, y puede servir como guía y referencia tanto en marcos de cooperación sur-sur en la región de América Latina y el Caribe, como también en otras regiones del mundo.
Para el público en general y para las personas interesadas en los avances y desafíos de política y gobernanza de las migraciones laborales, sobre todo a nivel de gobiernos locales, esperamos que esta compilación de buenas prácticas contribuya a promover el diseño y la implementación de prácticas similares que promuevan la inclusión socio-económica y el trabajo decente de las personas trabajadoras migrantes.
Es por ello que la OIT se ha complacido en apoyar a la STyFE para documentar y compilar el buen trabajo desarrollado”.
Reportero/editor con más de 35 años de experiencia
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